Introducción a Marrakech

Desde el mismo momento en el que llegas a Marrakech, te invade la sensación de que te has olvidado algo detrás, como un cepillo de dientes o unos calcetines. Pero no, lo que te falta en Marrakesh es cualquier forma de previsión y todo sentido de la orientación. Lo mejor es que da igual porque estás mejor sin ellos aquí. Marrakesh está llena de distracciones y callejones laberínticos que destruyen cualquier forma lógica lineal y aburrida. Si consiguieras tener un destino prefijado, sólo serían atraídos por encantadores de serpientes, carros de burro fuera de control, modernos ‘pufs’ de cuero y plata y pociones bereberes para cualquier dolencia.

Vista aérea de Marrakech Fuente: http://www.telegraph.co.uk)

La primera toma de contacto es en el Djemaa el-Fna, y si te puedes desprender del sonido de las castañuelas de los vendedores de agua y los curanderos callejeros con sus medicinas, dirígete hacia el laberinto de Marrakesh por las calles del mercado cubierto. El zoco de Marrakech es como zambullirte en una piscina de agua fresca de un riad en un abrasador día de julio: nada te prepara realmente para el choque. Sumérgete en cualquier calle que vaya hacia el norte de la Djemaa el-Fna, y con mucha suerte saldrás exultante y triunfante algunas horas más tarde.

Zoco de Marrakech (Fuente: http://www.beatsofmytrips.com)

Mientras que estés en el corazón de la medina, podrás visitar algún museo de algún palacio, dormir en un ‘riad’ (casa de huepedes) y degustar un plato de caracoles doblemente calientes (por picantes y por recién sacados de la olla). Pero algunas veces vale la pena dejar los encantos de la ciudad vieja e ir a cenar, beber un cocktail, visitar galerías de arte o comprar en tiendas con productos con un precio prefijado en el ville nouvelle (ciudad nueva).

ÍNDICE

1. Introducción a Marrakech
2. Breve historia de Marrakech
3. Primeros pasos por Marrakech